10 de septiembre de 2014 -
Dentro de su “Festival Joven”, a partir del
2001, el Rossini Opera Festival —que se llevó
a cabo el mes pasado en Pésaro, Italia—
propone el Viaje a Reims en la
interpretación de jóvenes voces que se
formaron entre las filas de la Academia Rossiniana. Esta difícil prueba ha permitido
a muchos de ellos el acceso a grandes
escenarios internacionales, comenzando
precisamente por el de Pésaro, que en su
versión 2014 acogió a muchos ex alumnos en
cartelera.
Este año, el maestro mexicano Iván López
Reynoso dirigió la Filarmónica Rossini, una
agrupación local en su primera aparición en
el ROF. «Este festival es la biblia de cómo
se tiene que hacer Rossini» —comentó el
director asistente de la Orquesta
Filarmónica de la UNAM, de 23 años de edad—
«Requiere de un elenco de 14 o 15 cantantes,
todos con una extraordinaria habilidad para
el bel canto, con coloratura y buenos
agudos. Se debe contar con sopranos,
mezzosopranos, tenores y bajos, todos con la
especialidad en el estilo rossiniano, lo que
hace muy difícil elegir a los cantantes».
En el cast participaron muchos artistas
extranjeros: Hasmik Torosyan y Shahar Lavì (Corinna),
Aya Wakizono (Marquesa Melibea), Isabel
Rodríguez García (Condesa de Folleville),
Anton Rositskiy (Conde de Libenskof), Marko
Mimica (Lord Sidney), Yunpeng Wang (Don
Profondo), Anton Markov (Barón de Trombonok),
Iurii Samoilov (Don Álvaro), Christian
Collia (Don Luigino), Madison Marie McIntosh
(Delia), Shahar Laví y Hasmik Torosyan
(Magdalena) y Yuka Maruo (Modestina).
El espectáculo —de probada eficacia y
exportado también al Teatro Real de Madrid y
al Maggio Fiorentino— fue el de Emilio Sagi,
dirigido por Elisabetta Courir, con
vestuario de Pepa Ojanguren.
La historia, poco más que una excusa para
dar cuerpo a una serie de vertiginosas
interpretaciones musicales, tiene lugar en
Plombières. En el hotel “Il Giglio d'Oro” se
han congregado muchos nobles de toda Europa
que se dirigen a Reims, donde tendrá lugar
la coronación del nuevo rey de Francia,
Carlos X. Después de diversas vicisitudes
(amorosas y de otros tipos), se enteran que
el esperado viaje no va a ser posible, ya
que en Plombières no hay más caballos para
alquilar o comprar, dado el gran número de
personas que se están alistando para ir a la
ceremonia. Los invitados deciden entonces
volver a París, donde se están preparando
grandes celebraciones en honor del nuevo
rey.
(paola cecchini /
puntodincontro.mx
/ adaptación y traducción al español de massimo barzizza)
|