ITALIA EN MÉXICO
 

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21 de febrero de 2019 - «Fui invitado para contarles cómo funcionan los carabineros en Italia, una organización de la que se ha hablado a menudo durante los debates acerca de la Guardia Nacional».

Inició así su intervención el viernes 15 de febrero ante el Senado mexicano Paolo Pagliai, rector de la Alta Escuela para la Justicia de la Ciudad de México, durante las audiencias convocadas por esta rama del Congreso para discutir el proyecto de creación de la Guardia Nacional, una nueva fuerza de seguridad propuesta por el presidente López Obrador para contener los altísimos niveles de violencia causada, entre otros motivos, por los conflictos internos de los carteles de la droga.

«Me parece un tema importante» —continuó— «porque nos dará la oportunidad de reflexionar sobre los delicados problemas que tendrán que enfrentar ahora que están a punto de crear un instrumento que tiene un gran poder y que, como todos los instrumentos con esta característica, implica también un alto riesgo para todos nosotros».

«El Arma dei Carabinieri fue fundada hace 205 años. Hago hincapié en esto porque, a veces, la gente cree que las cosas se pueden hacer en un par de años. El Arma siempre ha sido fiel al Estado. Lo repito y espero que me sigan en esta línea de razonamiento: los carabineros son leales al Estado, no al gobierno. El Estado es una cosa, otra es el gobierno. Durante el fascismo, los carabineros nunca dejaron de ser leales a la monarquía, lo cual se notó cuando Italia rompió con el régimen y todos los miembros del Arma se encontraban del lado correcto. Incluso hubo grandes carabineros que dieron su vida para salvar a los civiles frente a los escuadrones de fusilamiento nazis. La lealtad al Estado va más allá de la lealtad a un gobierno».

«El Arma en Italia tiene una doble función: militar y civil. En el ejercicio de la función militar, es decir, en la guerra, depende del Ministerio de la Defensa, pero cuando actúa como fuerza policial depende —desde el punto de vista organizativo— del Ministerio de Seguridad Pública y —desde un punto de vista operativo— de los Procuradores de la República».

«Esto es fundamental: los carabineros no dependen del gobierno cuando trabajan, sino de los magistrados. Cuando cometen un delito en su función policial, responden ante un tribunal civil, como cualquier policía, porque trabajan en colaboración con la Policía Estatal y con la otra policía militar, la Guardia di Finanza. [Estas tres fuerzas policiales] tienen el mismo rango, el mismo valor y el mismo alto nivel de entrenamiento. Lo digo con orgullo, porque soy italiano, aunque vivo aquí en la Ciudad de México desde hace más de 24 años».

«Mi país inventó la mafia hace 150 años y no estoy orgulloso de ello. Pero hace 40 años también inventó la antimafia, de la que forman parte los carabineros».

«Los carabineros se dividen en cuatro grupos: oficiales, suboficiales, appuntati y carabineros rasos. Todos provienen de un reclutamiento diferente al de las fuerzas armadas, aunque en tiempos de guerra los carabineros son la policía militar de la Fuerza Aérea, de la Armada y del Ejército. Sin embargo, cuando se trata de reclutarlos, se hace de una manera diferente y autónoma. También están capacitados de diferentes maneras, en escuelas que se pueden encontrar —según los grados y los niveles— en diferentes zonas de Italia. Los carabineros rasos, a quienes respeto mucho, ganan 1.400 euros al mes. Quiero enfatizarlo porque un obrero en Italia gana poco más de 1.000. Esto significa que la fuerza ética del Arma no proviene de las condiciones económicas: una familia italiana con 1.400 no logra sobrevivir».

«Pero detrás de esto hay una gran formación de carácter ético que yo, como académico, no puedo ignorar. Muchos la consideran una opinión romántica, pero no creo que lo sea, porque parte del principio fundamental según el cual los pobres no necesariamente cometen delitos motivados por su situación económica, porque tienen una ética. Y los carabineros también la tienen. Hay muy pocos casos de miembros del Arma que cometen violaciones de la ley. Debo decir que cuando lo hacen, lo hacen en serio: violan a las mujeres, participan en asociaciones secretas que intentan romper el equilibrio del Estado... Son casos que existen, pero son pocos».

«En realidad, los carabineros son una excelente herramienta para la lucha contra el crimen organizado y tienen un nivel profesional muy alto en todos los sectores. Nunca ceden a la tentación de responder de manera improvisada a situaciones urgentes. Los carabineros se preparan. Los niveles inferiores, más de un año y los oficiales más de dos, en escuelas duras. Y no hablo de una dureza militarista absurda, sino de un alto nivel académico. Los carabineros deben aprender y saber muchas cosas, pero sobre todo deben desarrollar un sentimiento de empatía hacia los ciudadanos, porque representan la presencia del Estado en el territorio».

«Los carabineros obtienen el reconocimiento de la opinión pública. Cuando me encuentro con uno de ellos en la calle a la una de la madrugada en Florencia, que es mi ciudad, no me asusto. Pero tengo que admitir que cuando veo aquí, a veces, un oficial de policía por la noche, prefiero pasar lejos de él. Esto le sucede a todos, probablemente a ustedes también, por lo que hay que trabajar mucho en la capacitación ética de las personas. Les dejaré una lista de todas las actividades en las que están involucrados los carabineros, que les impresionará por el nivel tan alto que alcanzan».

«Quisiera dedicar los últimos minutos que me quedan al tema de la coordinación y el mando de los carabineros en su papel de agentes de seguridad pública. Están encabezados por un fiscal y los fiscales en Italia son magistrados. Todos los candidatos participan en un concurso y, después de ganarlo, deciden si quieren ser jueces o fiscales. Cuando eligen la procuraduría, no dependen del gobierno, ni del Senado ni del Congreso. Dependen del Consejo Superior de la Magistratura, que es un órgano institucional elegido por sufragio universal por los magistrados».

«Al fiscal nadie puede ordenar o impedir una investigación, porque el fiscal hace lo que quiere. La ley y la constitución dicen que por encima de él solo está la Ley. Así que una institución como la de los Carabinieri, que depende de un hombre que sólo tiene la ley por encima, no representa un riesgo para la democracia y tampoco representa, a los ojos de los ciudadanos, la militarización del territorio».

«Pero tengan cuidado, y lo digo muy claramente, la condición es la autonomía y la independencia de los que mandan».

«La Alta Escuela para la Justicia ha trabajado mucho en estos temas y siempre comento con mis amigos de los gobiernos de los Estados, del gobierno federal y de la policía que, si queremos cambiar las cosas, debemos cambiarlas todas juntas, porque al intentar cambiar sólo una pieza, se hace un desastre. Muchísimas gracias».

(massimo barzizza / puntodincontro.mx)

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