CIENCIA Y TECNOLOGÍA
 

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11 de abril de 2019 - Ayer dio la vuelta al mundo una de las fotografías más importantes de la historia de la ciencia en nuestro planeta. Se trata de la primera imagen de un agujero negro, el gigantesco remolino de materia que atrae todo y con su fuerza colosal de gravedad retiene incluso la luz.

Es un éxito extraordinario de la ciencia y de la tecnología. Lo que se ve es la esfera oscura, rodeada por un anillo rojo de gas a altísima temperatura que cae en picada hacia el centro. Un monstruo cósmico con una masa correspondiente a más de cuatro mil millones de estrellas como el Sol, ubicado en el centro de la galaxia Messier 87 (M87), en el cúmulo de Virgo, a 55 millones de años luz de la Tierra.

No es exactamente una imagen como las que podemos tomar, por ejemplo, de la Luna u otros cuerpos celestes cerca de nosotros, en primer lugar porque vemos el agujero negro de M87 no como es ahora, sino como era hace 55 millones de años, es decir el tiempo que tardó su luz para alcanzarnos, y además porque la imagen es compuesta. De hecho, es el resultado de una colaboración mundial y de la integración de una enorme cantidad de datos.

Esta foto sin precedentes es obra del proyecto internacional conocido como Event Horizon Telescope (EHT), en el que Italia y México participan activamente. Uno de los ocho radiotelescopios repartidos por todo el mundo que se han apuntado en forma coordinada para constituir el equivalente de un solo observatorio virtual es el Large Millimeter Telescope (LMT) (en español Gran Telescopio Milimétrico o GTM) construido en la cima de la Sierra Negra del Estado de Puebla, un volcán extinto que ocupa la quinta posición entre las montañas más altas de México.

Este telescopio fue fundamental para la obtención del resultado final, ya que posee el plato único más grande de la red EHT.

Esta colaboración científica está conformada por más de 200 estudiosos que trabajan de manera coordinada. Para México intervienen una docena de investigadores de diferentes instituciones, entre ellas la UNAM, el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica y académicos y tecnólogos pertenecientes al sistema Cátedras Conacyt, mientras que Italia está presente a través del Instituto Nacional de Física Nuclear (INFN) y el Instituto Nacional de Astrofísica (INAF).

«Este extraordinario resultado» —explicó Mariafelicia De Laurentis, investigadora del INFN y profesora de astrofísica en la Universidad Federico II de Nápoles, quien coordinó el grupo de análisis teórico del experimento— «no sólo nos da la primera imagen de un agujero negro, sino que también nos proporciona evidencia directa de la presencia de agujeros negros supermasivos en el centro de las galaxias y del motor central de los núcleos galácticos activos. Estas observaciones ahora constituyen una nueva herramienta de investigación para explorar la gravedad en su límite extremo y en una escala de masa que hasta ahora no había sido accesible. Desde el punto de vista conceptual, el resultado representará una herramienta formidable para estudiar, confirmar o excluir las diversas teorías relativistas de la gravitación formuladas a partir de la Relatividad General de Albert Einstein».

(massimo barzizza / puntodincontro.mx)

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