25 de julio de 2020 (4:03 hrs.) - Dirijo un pensamiento, con gran afecto, a todos los italianos que viven en el extranjero.

Sé lo involucrados que han estado con el sufrimiento experimentado en nuestro país por el coronavirus. Lo han hecho desde lejos, por la distancia física que nos separa; pero absolutamente cerca en la conciencia que nos une.

Es una confirmación, si es que era necesaria, del intenso sentimiento que reúne a las comunidades italianas y de origen italiana repartidas por todo el mundo. Un sentimiento de unidad y de solidaridad por el que expreso mi gratitud.

Ha sido una prueba que ha puesto en evidencia los valores cívicos y la dedicación a las personas en dificultad. Valores que representan una base importante de nuestra sociedad y alimentan la vida de nuestras instituciones democráticas.

En las numerosas aldeas y ciudades de Italia, este periodo ha estado marcado por el luto y el sufrimiento, a los que se ha agregado el dolor de no poder celebrar el funeral del difunto: una emergencia ahora, afortunadamente, superada.

Ahora el esfuerzo se dirige a la reconstrucción de un tejido que pueda enfrentar los riesgos que surgen y relanzar la confianza en el futuro.

El virus ha cruzado fronteras y distancias continentales. Ha puesto en tela de juicio estructuras consolidadas y estilos de vida.

Estos meses de pandemia, para muchos connacionales en el extranjero, han sumado a la preocupación por la salud la inquietud y la tristeza de no poder alcanzar a sus seres queridos en Italia, a causa de las restricciones en las conexiones aéreas.

La distancia pesa sobre nuestras comunidades en el extranjero y todas las instituciones de la República están comprometidas a aliviar estas dificultades. Por su parte, la red consular y de las embajadas tiene como objetivo fortalecer la atención y escuchar y responder a sus necesidades.

La colaboración y coordinación de la comunidad internacional para contrarrestar el virus, un adversario común y aún en gran parte desconocido, está conduciendo gradualmente a la normalidad de las conexiones y a las consiguientes reaperturas.

Después de todo, solo el conocimiento compartido y una acción coral efectiva en defensa de la salud de todos los países pueden hacer posible vencer la enfermedad.

Antes del receso del mes de agosto, deseo enviar a ustedes el sentimiento más fuerte de cercanía de la República.

(puntodincontro.mx)