19
de febrero de 2014 -
No se hicieron esperar las reacciones de los
partidos políticos a la aplicación en Italia
de nuevas medidas de control fiscal que
obligan a los bancos a la retención
automática del 20% sobre las transferencias
de fondos recibidas del extranjero a favor
de personas físicas.
Los diputados del Partido Demócratico (PD)
electos en el extranjero consideran las
retenciones «Una complicación adicional de
la vida fiscal de los ciudadanos y una
confirmación ante la opinión pública
internacional de que Italia es un país
complejo desde el punto de vista de las
relaciones económicas, lo cual puede
desalentar nuevas iniciativas comerciales y
de inversión».
Los diputados del PD Farina, Fedi, Garavina,
La Marca y Porta aclararon, sin embargo, que
consideran «correcto que el tratamiento
fiscal de los ciudadanos italianos sea
uniforme con respecto a las ganancias
procedentes de operaciones financieras, ya
sea que éstas se lleven a cabo en Italia o
en el extranjero», pero expresaron su
preocupación por el hecho de que los bancos
tienen que aplicar una retención del 20%
sobre todas las transferencias provenientes
del extranjero, sin distinción previa, y se
declaran escépticos acerca de la efectividad
de las autocertificaciones preventivas y de
las solicitudes de reembolso previstas en el
nuevo ordenamiento.
Por su lado, el Presidente del MAIE (Movimento
Associativo Italiani all'Estero), Ricardo
Merlo, anunció que presentará una solicitud
al Ministerio de Economía y Finanzas para
que se derogue la medida, argumentando que
«Esta regla no sólo es perjudicial para el
desarrollo de la economía nacional, sino que
alienta el mercado negro y castiga
severamente a los italianos en el extranjero
quienes, en gran medida, envían sus ahorros
a las familias en Italia con cargo a
ingresos que ya son sujetos a gravámenes
fiscales en los países de residencia. Según
la Comisión Europea, además, esta regla
puede afectar el principio de libertad de
circulación de las personas».